Durante casi todo el siglo XIX y buena parte del XX, la difteria se llevó miles de vidas. Esta enfermedad, que hasta hace poco se consideraba controlada, ha resurgido.
Expertos del Reino Unido y de la India analizaron datos de 512 muestras del Corynebacterium difteria, la bacteria detrás de la enfermedad, entre 1896 y 2018.
Los estudios demostraron que la resistencia de esta bacteria a los antibióticos evoluciona. Estos resultados se publicaron en la revista especializada Nature Communications.
La difteria es una infección altamente contagiosa y potencialmente mortal. Afecta la nariz, la garganta y, en algunos casos, la piel. ¿Cómo se transmite? Por la tos, los estornudos y el contacto directo.
De acuerdo con la investigación realizada por la Universidad de Cambridge, el número de casos notificados está aumentando. Entre 1996 y 2017, el promedio anual era de 8.105 casos. De 2017 a 2019, subieron a 16.651.
Y, con la pandemia del coronavirus, el interés por reforzar la vacunación infantil contra la difteria disminuyó.
La expansión de la difteria por todo el mundo
Según los investigadores de Cambridge, un grupo de bacterias causantes de la enfermedad son genéticamente similares, pese a ser de distintos continentes. Esto indica que la bacteria se estableció y migró con la población durante casi un siglo.
“Cualquier variante genética que cambie la estructura de la toxina podría tener un impacto en la eficacia de la vacuna”, señaló Gordon Dougan, autor del estudio.
“El hecho de que estemos viendo una diversidad cada vez mayor de variantes toxicólicas sugiere que la vacuna y los tratamientos dirigidos a la toxina deben evaluarse regularmente”, recalcó.
Ankur Mutreja es otro de los autores del artículo. “No debemos quitar la vista a la enfermedad”, dice. “De lo contrario, corremos el riesgo de que se convierta en una amenaza global de nuevo”.