El amor de sus dueños permaneció hasta más allá de sus muertes. Por eso quisieron honrarlos con su cementerio propio, un cementerio de mascotas.
Pero esto no ocurrió en tiempos modernos, ni en el hemisferio occidental. Hablamos del antiguo Egipto.
Arqueólogos hallaron restos de mascotas en un cementerio de casi 2 mil años de antigüedad. Aunque las investigaciones se remontan a 2011, recientemente encontraron los restos de gatos y un mono con collar, además de un cerdo. Todos están a las afueras del puerto de Berenice, en el Mar Rojo.
La voz de la experta en la materia
Marta Osypinska es zooarqueóloga de la Academia Polaca de Ciencias en Varsovia. Conversó con Live Science sobre el descubrimiento realizado. La publicación de los hallazgos se hizo en la revista World Archaeology.
“Tenemos animales (casi todos) que están muy cuidadosamente enterrados. Los animales son colocados en una posición de sueño, a veces envueltos en una manta, a veces acompañados de platos”.
Según Osypinska, “ninguna de las criaturas de este cementerio mostró señales de que habían muerto a manos de personas”.
Es decir, no fueron víctimas de sacrificios, sino amadas mascotas que murieron y fueron honradas por sus dueños.
Particularmente sorprendió el hallazgo del mono macaco, que tenía un collar. Lo enterraron junto con tres gatos, una cesta de hierba, tela, fragmentos de recipientes y dos tortugas. También estaba un cerdo joven.
Berenice, la ciudad del cementerio de mascotas en Egipto
Berenice, también conocido como Berenice Troglodytica, era un puerto marítimo de Egipto en la costa occidental del Mar Rojo. Ptolomeo II fundó la ciudad a partir de una aldea que ya estaba en la zona, y le dio ese nombre en honor a su madre, Berenice. Mientras que los aborígenes eran denominados trogloditas, “moradores de cuevas”.
Durante la época grecorromana resultó ser muy famoso y próspero. De sus costas salían anualmente, según el geógrafo antiguo Estrabón, 120 barcos de 75 toneladas métricas, que hacían la ruta entre la india y el Mar Rojo.
Hasta 500 años estuvo su esplendor, decayendo finalmente.
Un hallazgo que se estudia desde 2011
El hallazgo ocurrió de forma totalmente accidental. Los investigadores se encontraban excavando a las afueras de Berenice buscando un vertedero de basura de los antiguos egipcios. De pronto, se toparon con los restos de los pequeños animales.
Las investigaciones se están realizando desde 2011.
Desde aquel momento encontraron 536 gatos, 32 perros, 15 monos, un zorro y un halcón. El mono, los gatitos y el cerdo son de más reciente data.
No momificaron a los animales, pero sí los colocaron en ataúdes improvisados en el cementerio de mascotas.
“Muchos eruditos sostienen que el mundo antiguo no tenía ningún concepto de mascotas”, señala la zooarqueóloga. “Pero nuestro descubrimiento muestra que los seres humanos tenemos una profunda necesidad de compañía de los animales”.