Después de más de un siglo de trabajos, sobre lo que hace muchísimo tiempo fue la ciudad de Pompeya, los científicos siguen hallando novedades que se convierten en patrimonios culturales. Lo más reciente fue un fresco que logró ser restaurado, gracias a la eliminación de sus manchas, con láser. El arte, como muchos de esa época, estaba pintado en la pared del jardín de una casa.
Hagamos una pequeña y genérica retrospectiva para que todos logremos captar la magnitud del hallazgo. En primer lugar, entendamos que un fresco es una especie de pintura que se aplicaba, comúnmente, en las paredes. Una de sus intenciones era generar la sensación de que el espacio del jardín luciera más grande.
Asimismo, tenía como objetivo mostrar arte conceptual de los gustos del dueño del hogar, donde estaba el fresco. Entonces, este fresco fue un hallazgo realizado en Pompeya. Esta fue una ciudad de la antigua Roma que fue tapiada tras la erupción del Vesubio, allá por el año 79 d.C. Obviamente esta obra fue pintada mucho antes de la mencionada tragedia.
Ahora caigamos en cuenta que se trata de una pintura, sobre una superficie que fue sometida a un mar de lava. Y a esto hay que sumarle que fue un evento que ocurrió hace aproximadamente 2.000 años. Después de más de un siglo de trabajos arqueológicos sobre la antigua Pompeya, se han encontrado muchos restos de frescos. Sin embargo, es inusual hallar uno que esté completo.
El fresco: una obra con más de 2.000 años
Los científicos, después de su hallazgo, lograron restaurarlo eliminando las manchas a su alrededor, con un dispositivo láser. Reseña Daily Mail que la obra muestra escenas de caza de diferentes animales como un león persiguiendo a un toro, por ejemplo.
En referencia al estilo de la pintura no se deciden entre si es “Adornado” o “Tercero”. Pero de lo que si están más seguro es que fue realizado aproximadamente entre los años 20-10 a.C. Mientras que esta casa, indican los investigadores, perteneció a una familia pudiente de la época.