Si has visto películas de ciencia ficción en las que un padre que viaja al espacio termina siendo más joven que su hija, que se queda en la Tierra, tal vez pienses que la respuesta tiene que ver con la velocidad a la que viajan los astronautas, pero en este caso no es así.
Peligros espaciales
Los viajes espaciales dejaron de ser ciencia ficción hace más de medio siglo, pero ¿qué tan bien adaptado está el cuerpo humano para estar en el espacio?
Aunque hasta ahora no nos hemos aventurado más allá de la Luna, simplemente salir de la capa protectora de la atmósfera ya representa un reto.
Sin duda las naves y trajes espaciales tienen oxígeno, pero la atmósfera y la Tierra misma nos protegen mucho más: la capa de ozono detiene a los rayos UV y el campo magnético desvía los rayos cósmicos. Además de que no hay gravedad, al menos no como en la Tierra.
Todos esas son circunstancias a las que en general podemos adaptarnos, con recursos técnicos y entrenamiento, tal como lo han mostrado las más de 500 personas, que en toda la historia de la humanidad, han viajado al espacio.
Gemelos espaciales
Pero, ¿qué diferencias en el cuerpo causan los viajes espaciales? Aunque se han hecho estudios que muestran algunos cambios en el cuerpo humano, tanto físicos como mentales, siempre es mejor tener un punto de comparación.
Los estudios con gemelos idénticos son lo más cercano a poder tener a una persona en dos circunstancias diferentes para hacer comparaciones sobre la influencia del ambiente en sus cuerpos y mentes.
Pero, ¿qué tan fácil es encontrar a un par de gemelos astronautas para hacer un estudio así? Difícil, pero no imposible si tienes suerte.
Y en la NASA tuvieron la suerte de poder hacer un análisis detallado de los cambios que sufría Scott Kelly, al vivir en Estación Espacial Internacional por un año, mientras su hermano gemelo, también astronauta, Mark Kelly, permanecía en la Tierra.
Telómeros espaciales
Hay cosas que no son ninguna novedad sobre los viajes espaciales y que podemos explicar sin estudios de gemelos, como que los astronautas regresan siendo más altos: simplemente porque en la microgravedad nuestras vértebras pueden estar más separadas.
Pero hay muchas otras cosas en las que nos interesaría ver más a cómo afectan los viajes espaciales, como en los genes. Como los gemelos tienen material genético idéntico, podemos notar si hay cambios en él ocasionados por estar en el espacio.
En el caso de Scott Kelly, el estudio que se publicó en la revista Science, concluyó que hubo cambios en la expresión de algunos genes relacionados con la respuesta inmune, comparando con los de su hermano Mark, aunque no fueron cambios permanentes, porque después de un tiempo en la Tierra volvieron a la normalidad.
Además los extremos de los cromosomas de Scott, se alargaron mientras estuvo en el espacio: esas partes se llaman telómeros y se van acortando a medida que envejecemos.
Aunque un alargamiento de los telómeros podría interpretarse como una especie de rejuvenecimiento, en todo caso ahora sabemos que es temporal: de vuelta a la Tierra los telómeros de Scott se acortaron.
Así que por ahora, ser astronauta es una forma de vivir eternamente, pero solo porque así puedes ser recordado y pasar a la historia, nada más.