No sabemos si en realidad existe algo llamado fin del mundo, pero el Polo Sur se le acerca bastante. La Antártida es tierra de nadie y de todos al mismo tiempo. Es decir, no es territorio soberano de ningún país y tiene solo dos funciones. Una es la exploración científica por lo que varias naciones y agencias de investigación cuentan con sus bases. Mientras que hay otro sector dedicado al turismo.
En caso de que seas un científico, no necesitas adentrarte en esta reseña, debido a que la agencia para la que trabajas seguro hará todos los trámites. Sin embargo, si eres un turista que despertó la curiosidad de saber como viajar al Polo Sur, aquí te contamos. Alerta de spoiler: es muy, muy complicado, pero no imposible.
Para conocer cada detalle de lo que sería un viaje hacia el Polo Sur o la Antártida consultamos el portal Lonely Planet. En este sitio recogieron cada especificación desde precios, permisos y actividades. Por lo tanto destacamos los aspectos más importantes.
¿Es complicado viajar al Polo Sur?
La realidad es que sí es complicado ir hacia la Antártida y las razones son obvias. Las condiciones climáticas y el acceso hacia uno de los polos del planeta son una traba muy fuerte. Y aunque hay acceso aéreo, por lo general este solo se usa por la comunidad científica o el sector militar y gubernamental.
Entonces ¿cómo llegó al Polo Sur? Lo ideal es a través de los cruceros. Normalmente estos salen desde Ushuaia, en Argentina. El costo más bajo que se consigue es de 5.600 dólares por un tour que consta de 10 días.
Asimismo, según las exigencias de cada usuario, se puede conseguir una suite de hasta 50.000 dólares en uno de estos cruceros. Mientras que si añadimos tan solo 43 mil dólares más, aproximadamente, te hacen un ascenso guiado hacia uno de los macizos más populares, el Vinson.
Debido a que el Polo Sur no es tierra de nadie no necesitas visa en tu pasaporte. Pero sí es indispensable sacar un permiso con anticipación.
Además te hacen leer una extensa lista de reglas que debes cumplir al pie de la letra, con la intención de que la gente no vaya a interferir con la flora, fauna o investigación científica en curso.
Te vas a encontrar con un paisaje natural que no tiene comparación. Pero al mismo tiempo estarás sometido a unas condiciones de frío extremo.